«Proust y Pessoa nos han enseñado que es posible repartir la vida entre varias personas y escritores; Kawabata y Mishima nos han demostrado que la literatura japonesa, tan diferente a la nuestra, puede ser también muy cercana; Celan y Joyce, sin olvidar a Heidegger, hicieron de la propia lengua el sujeto de su obra, un lenguaje secreto que se escribía y solo después se descifraba, convirtiendo así la lectura en una aventura sin fin.
El tiempo del todavía-no yo ya lo he dejado atrás para siempre. Nunca fui capaz de definir ese tiempo con abstracciones filosóficas, lo cual tampoco hubiera sido posible en mi otra época, la de las cabinas de los camiones. La esencia del todavía-no pertenece a la espera, es gracias al todavía-no que la obra adquiere su definitiva forma.»
Cees Nooteboom
Premio Formentor 2020