Con una estética vibrante y detallada, jugando con el bitono y la cuatricomía, Eduardo Sabio consigue que este cómic retrate la fiebre y el espejismo de la fama con un tono que mezcla el drama existencial y el cinismo, rebeldía e insatisfacción de una adolescente que lo quiere todo. Un relato que capta el espíritu de una época, donde los sueños podían construirse con dinero o derrumbarse con tan solo un paso en falso. Un cómic tan desafiante que hace que nos preguntemos lo que significa en realidad ser libre.