A Marina le encanta el fútbol, y es tan buena con el balón que parece que hace magia con los pies. Pero los chicos no se lo ponen fácil y le impiden jugar en el campo de fútbol del patio. Cuando está a punto de resignarse, Chusa, una compañera de clase, la anima a luchar por sus derechos y le propone una solución: las chicas harán un equipo y demostrarán que son capaces de todo. ¡Temblad, chicos, acaban de nacer las Rosa Parks!