«Ahora hace veinticinco años, Los viajeros de la Grande Anaconda emprendieron un camino a la sintonía de Catalunya Ràdio. La idea era recorrer el mundo a través de conversaciones con viajeras y viajeros y dibujarlo en el aire a partir de sus observaciones y vivencias. Este programa era y es todavía una propuesta radiofónica de mirada abierta al mundo. También de una invitación a una manera de mirarlo, con curiosidad y respeto. Y con ganas de entenderlo, a pesar de que esto, ciertamente, es un ejercicio que no se acaba nunca. (...) El viaje nos transforma y nos hace cómo somos por el cúmulo de vivencias acumuladas. Después de veinticinco años viajando somos un poco la luz del trópico después de una tormenta; la conversación de café con el joven revolucionario; la familia que huye de una isla que ahora es río; la aurora boreal que se ondula y refulgeix a los cielos de las noches árticas; el refugiado que llora; la soledad oscura y húmeda de un viejo templo en medio de la jungla. Somos la miríada de atols de coral empotrados como gemes preciosas en aguas de todos los turquesas imaginables. Somos el polvo de la miseria de Etiopía, de Haití o de Madagascar.»