Contada por ella misma, la tragedia que fue la vida de Isadora Duncan (vio morir a sus tres hijos pequeños, se casó con un escritor ruso que acabó suicidándose, y murió ella misma en un absurdo accidente, estrangulada por una bufanda que se enredó en la rueda de su descapotable) se convierte en una narración apasionante.
Su confianza en sí misma, su genio, sus ideas extremas sobre el arte, la política, la condición femenina y la educación conservan hoy toda la fuerza iconoclasta de una mujer que reinventó la danza inventándose a sí misma cada día de su vida.