Luka recurre a la música para comprender sus pensamientos.
Nora la utiliza para huir de ellos.
Luka no tiene muy claro cuál es su papel en el mundo.
Cuando, por caprichos del destino, Nora y Luka se ven obligados a convivir, el pasado sigue haciendo mella en ellos. No se llevan bien, pero pronto descubren que los dos se necesitan mutuamente, así que llegan a un acuerdo: Luka ayudará a Nora a mantener la farsa con su familia a cambio de que, cuando llegue el momento, ella le devuelva el favor. Total, fingir una relación tampoco tiene que ser tan difícil, ¿no?