Alberto Vargas se encargó, a finales de la década de los cuarenta, de la publicación mensual de pin-ups en la revista Esquire. En 1942, cuando los Estados Unidos entraron en guerra, tenía más de un millón de ardientes seguidores alistados en el Ejército, que llevaban a sus chicas favoritas en sus mochilas y macutos como recuerdo de las chicas americanas que habían dejado atrás. Cuando la revista Esquire fue acusada de indecente en 1943 por publicar una pin-up especialmente picante, el Ejército se posicionó a favor de la chica de Vargas afirmando que era indispensable para mantener alta la moral de los jóvenes combatientes. En la actualidad, las pin-ups de esa época bélica son las más solicitadas por los coleccionistas de la obra de Vargas. Disfrute de todas ellas en esta delicia de edición de tamaño bolsillo.