Cosas que pasan porque sí, cafés que se tiran a la pileta sin beber, tostadas que se tiran a la basura sin comer, un protagonista que trata de poner nombre a sus sentimientos pero que se obliga a no pensar en determinadas direcciones, una mujer que casi siempre está en la ducha o tras otro tipo de mamparas, otra mujer que asoma como promesa pero que apenas se roza, una chica inocente y ligeramente bizca, un funcionario que enloquece justo cuando está llegando a su jubilación, un jefe o dos que hacen y deshacen a su antojo, dos niños que se sumergen en la realidad deformada de la PlayStation, un televisor de última generación, un sillón confortable y la mejor cafetera posible, el deseo no cumplido de ir a pescar en familia, una fuga interior, una fuga futura.
Santiago Ambao ha metido todos estos ingredientes en una coctelera y ha sacado de ella una historia brillante, bien batida y mezclada, aunque lo que la hace todavía más grande es unirla a otra historia paralela, subterránea, que transcurre al otro lado del mundo, una especie de trama política y económica, mezcla de realismo y ciencia ficción, o más bien fruto de un realismo inquietantemente visionario. Sara Mesa.
«Santiago Ambao te sumerge en una atrapante experiencia novelística». Página 12.
«Un feliz descubrimiento que mucho me temo que no ha llegado a todo el público que se merece». Carlos Flor.